lunes, 14 de junio de 2010


La oscuridad
retoma los cauces
del jardín
de la nostalgia.

Se esbanecen las neblinas
y corales, brotan,
en el sueño de la aurora.

Me inundo, agasajado
de su bálsamo,
en los pétalos del alba,

y me invoco jardinero
en el edén
de mis desdenes.

De belleza petrificante,
ese rosa me acaricia
los pensares;

Sus espinas,
la fragancia...

La cicatriz roja
en la cuna de mis dedos.

Y sus pétalos, lucientes,
son dos gritos
a quema ropa.


geeenísGG.

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