Deja flotar, sobre las olas nocturnas,
tu corazón espinado y que navegue
intrépido entre los sueños de azul;
Agarra tus labios con las cuerdas
del silencio, respira abusándo de mi,
y tócame con tus manos de invierno.
Tu corazón marchito, tu manos de enero,
y tus labios rizados, hilo de tus besos;
y una noche que adormece mis palabras.
En la arena de mi alma, luchan el tu y el yo,
para unirse y revelar el mensaje del cielo;
mi cuerpo cubierto en polvo suspiraba amor.
geenís
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