lunes, 2 de agosto de 2010


Sueños de madrugadas altaneras,
desvelos mojados que abrazan...
retozándose en la cálida y majadera,
pieza de oscuridad que trazan.

En una lóbrega y triste atmósfera,
donde los que resollan, bailan.
Los escuálidos ensueños de cera,
atacan a los pasos: muertos que callan.

En el mundo huraño de la espera,
las máculas se visten de nada...
y la infausta pesadilla se reverbera
en la sangre del que sufre con agua.

Cuando la muerte fue compañera,
en la noche lacerante de balas,
un corazón ladeado en la fría arena
susurro, de amor, lúcidas palabras.




BESU!

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