lunes, 21 de diciembre de 2009



Efímera y fragil,
la huella caduca huye
y agoniza mientras perece;
el recuerdo y la nostalgia.


Aún en otros mundos,
vive tu alma si habita los sueños
de alguna mente despistada/melancólica.


Bañadas con la dulzura
de la savia en labios del amor,
del amor eterno...
las nebulosas sonríen en las esquinas
de las calles que conducen
a un nuevo amanecer.

En la mano del sol,
se mece el fuego de la vida:
el que marca las cicatrices y
el que adjudica los laureles,
tan caprichoso como la nieve.


En la cortina de la noche
se vislumbran testigos de tu belleza
las estrellas que bailan con las notas
de la melodía de un amor eterno.



Genís!!

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