martes, 25 de mayo de 2010


El cielo
a punto de morir
se llena de nubes tristes.

Y tus ojos,
¡Ay tus ojos!
todo lo que revelan
tan quietos y mudos.

La maldad
reposa intrinsicamente,
y las sonrisas
se convierten en redes

y torturan mi corazón navegante
entre aguas de coral lacerado.

Y golpean y desangran
mi deshilado cuerpo,
las dagas de la falacia.

Yo, un amante amado,
desdichado e incomprendido,
enamorado, como el canto
de un jilguero,

no alcanzo a disfrazar
el color de mi alma,
pues no hay batalla
si el corazón dicta el compás.

Ni pido una sonrisa a la luna,
ni una chanza al olvido.
Tansolo, terco, busco el cerco
dónde olvidamos nuestros labios.


geenísGg

No hay comentarios:

Publicar un comentario