El cielo
a punto de morir
se llena de nubes tristes.
Y tus ojos,
¡Ay tus ojos!
todo lo que revelan
tan quietos y mudos.
La maldad
reposa intrinsicamente,
y las sonrisas
se convierten en redes
y torturan mi corazón navegante
entre aguas de coral lacerado.
Y golpean y desangran
mi deshilado cuerpo,
las dagas de la falacia.
Yo, un amante amado,
desdichado e incomprendido,
enamorado, como el canto
de un jilguero,
no alcanzo a disfrazar
el color de mi alma,
pues no hay batalla
si el corazón dicta el compás.
Ni pido una sonrisa a la luna,
ni una chanza al olvido.
Tansolo, terco, busco el cerco
dónde olvidamos nuestros labios.
a punto de morir
se llena de nubes tristes.
Y tus ojos,
¡Ay tus ojos!
todo lo que revelan
tan quietos y mudos.
La maldad
reposa intrinsicamente,
y las sonrisas
se convierten en redes
y torturan mi corazón navegante
entre aguas de coral lacerado.
Y golpean y desangran
mi deshilado cuerpo,
las dagas de la falacia.
Yo, un amante amado,
desdichado e incomprendido,
enamorado, como el canto
de un jilguero,
no alcanzo a disfrazar
el color de mi alma,
pues no hay batalla
si el corazón dicta el compás.
Ni pido una sonrisa a la luna,
ni una chanza al olvido.
Tansolo, terco, busco el cerco
dónde olvidamos nuestros labios.
geenísGg
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