domingo, 7 de marzo de 2010




Transeúnte empedernido
de nostalgia que fugazmente
escapa en los destellos de tu halo.

Poeta de las calles que roban
versos nocturnos, agonizados,
que transita avenidas cargando
sus pecados de dulce licor.

Filósofo escapado de pensares
que mueren en mi mente
irracional y crítica, enamorado
sublime y grácil con desventura.

Selenita desorientado, sin rumbo,
perdido en los azules y crudos prados
que mienten en la noche herida.

Triste galán sin besos que robar,
juez sin ley, sin amparo que atender;
mendigo y explorador de sentimientos
que mueren en los labios de sabor lagrimoso.

Enamorado jugoso…
furtivo preso del frío metal,
y las tardes mustias grisáceas sucumben
cuando se deshoja una alma en letanía.

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