lunes, 29 de marzo de 2010




Olvidado y solitario,
hojas secas en el jardín...
una lágrima retenida
que no ansía tener fin.

Sombra en los rincones
huyendo de la mirada del sol,
renegado liricista que escribe,
en la débil luz de un farol.

De amor preso, enajenado,
como querer tocar el cielo;
mi cuerpo futil no es tan malvado
para morar en el subsuelo.

¡Ay de mi, tieneblas fúnebres!
que palpitais con mi congoja,
¿os apetezco ya?¿ tan presto
quereis que bese la arena roja?

Pesadilla que vivo, angustia que sueño,
en un aletargar amargo expiro;
sin tus labios, sin tus lisos besos,
no soy sino otro cuerpo mendigo.






GeeeeeeeeeeeeeeeeníS

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