jueves, 8 de abril de 2010


Dóciles esperan la sentencia,
mis retinas, como la rosa
aguarda con sus pétalos lucir,
en primavera de dulce lágrima.

Pavoroso, atrapando el temor,
así, se me depara el futuro:
ciego, de una noche traidora
el color que en ella brota.

Tansolo ansío tocar el exilio,
rozar, como un espejo acaricia
mi imágen, tan fríamente,
la encarcelada y compañera soledad.

No será el segundero vertiginoso,
quien me confie su secreto;
el presente despiadado y vil,
tiene cartas bajo la mesa.

geeeeeeeeeeeeNíssssssssssss!

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