Te entrego toda mi cuita
en este papel arrugado,
como mi corazón afligido
que mira hacia las tinieblas.

Presiento un presente
tardío y esquivo, frío;
pobre de fortuna, me evita,
volando a otros labios.

Puedo, también, darte,
una por una, mis lágrimas
que recorren de memoria
como una marejada mis mejillas.

Inmenso, el hiriente desamor,
costoso un olvido escaso,
en cada letra un beso viaja
que se rompe en desdenes.

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