jueves, 22 de abril de 2010


Me diluyo
entre las aguas
de la locura.

Las nebulosas amarillas
del titán,
donde el cristalino
destello fenece,
escuecen.

Coloreando
los suspiros rotos,
duermen
retinas de cueva,

empuña, la monotonía,
dagas de aire;

¡fuego!
arden las murallas de las palabras.

Me evacuo
entre pétalos de seda,
mecido
en un levitar deleitoso.

geeNís

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