jueves, 29 de abril de 2010


En la palestra
de mis retinas...

mueren avecillas al cantar.

Suena un atajo
y se abre al mar.

Bocanadas de hielo
esculpen mi paladar,
un destino rollizo
un camino final.

Las puertas de mi nostalgia
no vuelven a palpitar,

la semilla lágrima
es negra al germinar.
De eterna flor caduca,
raíces que desterrar.

Destello de pesadumbre asilvestrada
de oro y sueño rociar

en la crin de la opulente
aspereza.

Y la sangre
que vuela en estos delirios
se va a suicidar.
genís

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