sábado, 17 de julio de 2010


Mi locura extraviada,
muriendo en clemencias
evaporadas de madera.

Sepultada, descompuesta,
se traga un pieza
del juego de mi poesía.

Adiós, bonita...
mis lágrimas te extrañan
y abusan de este pobre,
mendigo de versos.

Corren a tu encuentro,
en este valle
de tristeza y desamor.

Desbocadas al abismo
en vuelos flagrantes.

Que no caiga en pozo
de olvido mi alma,
ella siempre te querrá...

Te busca, entre las páginas
de la noche huérfana,
¿dónde estás poeta loco?



geeeeeeeenísssssssss

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