Quisiera ver como dibujan,
diáfanas y mundanas, las gaviotas,
sobre las cristalinas y azafranadas
aguas del atardecer,
una escena de pánico espacial.
Quisiera sumergirme,
entre las bailarinas olas, risueñas;
evaporarme con el agua de tus ojos,
de tus lágrimas y flotar en el fuego
de los astros fatuos.
Tarde, cuando duermen los sueños,
y las morenas sombras acusan a la madrugada.
Entre los anhelos atóntitos
de las miradas pusilánimes
que pasean almas decaídas,
amortajando los sabores
dulcísimos de la pócima de miel,
(deleitosa y afable)
pasea la esencia y el mecanismo de la triste esfera.
Ensalzando, con elocuencia tajante,
los labios de una ciudad grávida,
veo:
Sospechas de noche ofuscada.
Besos teñidos de falso amor.
Y todo lo quisiera ver a través del azul de tus ojos.
genís