sábado, 15 de mayo de 2010


El viento dibuja
en las solitarias paredes.

Huye de las retinas
y del néctar jacundo.

Él llora por la muda libertad
y la oscuridad inerte
del templo de la soledad.

Se expande todo fuera,
mas se siente encarcelado;

desanimado y pegado,
accidentado en los obstáculos
de la fría ciudad.

Nadie espera su voz,
solo ventanas cerradas
y correteos disfrazados
en el sendero de cemento.

geeeeeeeeeeNíssss!

No hay comentarios:

Publicar un comentario