sábado, 29 de mayo de 2010


¿Qué ensucia más
que un beso repudiado?

Si no existe mayor jolgorio
que amor en el pecho,

¿qué es más punzante
que un pergamino omiso
a los ojos de la pasión?

En mares, estrellas soleadas,
delirantes y por arma,
escuchan el jadeo lagrimoso
de un amor roto.

Fundidos en roca y arena
relamen el sabor del adiós,
los ojos del dolido.

Y, al fin, la marea empuja
sus alas al firmamento,
encauza los volátiles mártires
al abismo del tedio.

gGg

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