lunes, 17 de mayo de 2010


La ciudad
es el templo del silencio

donde la verdad
se esconde bajo un lienzo
de quejas y lágrimas.

Retinas apagadas y áridas
buscan un beso de consuelo, ávidas.

La miras
y ves un resplandor,
la belleza refulge en el cielo;

se prende el jugo del amor,
y muere en el subsuelo
un grito de mentiras.


La noche centelleante
es un círculo de delirios.

Perdidos besos colgantes,
bálsamo en manos de martirios.




GEnÍS

No hay comentarios:

Publicar un comentario