domingo, 2 de mayo de 2010


La dignidad manchada,
semi muerta,

el estoque de los celos
llamó a su puerta.

¿Quién se esconde de esa mirada?

¿Qué espanta esta estantigua
tililando en las sombras,
enristrando corazones?

Escabúllese en las grietas
del alma;

como rayos del sol,

perforan e indagan
en los más intrépidos rincones.

Inquilina silvestre,
treta a tus maquinaciones.

Porfía contra roca de mar
invulnerable,
penitencia de cilicio
castigo a tus espaldas.

Niebla en el asfalto
noche huérfana

sin Luna.

GgG

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