lunes, 25 de enero de 2010




Un sendero de agua salada,
se precipita, dibujando en
mi mejilla con sabor de anhelo,
el contorno de un recuerdo.

Un destello azul, sobrevive
con un latido adormecido,
en la mueca de un llanto
arenoso y exhausto de amor.

Perfume de olvido, mudo,
que evoca un beso enamorado;
muralla de papel empapado,
fortín que despierta con el hado.




Genís Galve

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