jueves, 14 de enero de 2010



Burbujas de silencio atrapado
estallan en tu seno sombrío;
y tus palabras, color cautivado,
deshielan mi corazón frío.

Un beso de mañana serena,
sediento, navega en tu cuerpo,
cual manantial de agua azucena
y Luna que repudia el desierto.

Sol sin fuego, agua que anhela mar,
soy el dolor que no deja herida;
cielo sin estrellas a las que amar
ni poderme embriagar con tu saliva.

Estío polar, angustiado de dolor,
silvando quimeras sin color;
refugio de un pensamiento senil,
dulce hilo en tus labios de licor.


GENÍs

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