domingo, 10 de enero de 2010



Luna trémula
en el andén de tus sueños;


cada respiración, segundo,
se convierte en una letanía
que lanza flechas de cristal,
teñido de desengaño bruno.


¿Qué aguardas pasmado,
qué esperas, ojos perdidos?
¿Otro nueva estrella que
ilumine tus llorosas pupilas?
¿Un viento que arrastre
un diáfano canto ilusionante?


Pisados por tu pies toscos,
sucumben los azahares
entre las llamas del egoísmo,
y un lánguido y viejo despertar.


En el camino, largo y duradero,
a tus afanosos designios,
no todas las lunas sonríen,
no todos las pasos avanzan;


mas, el crepúsculo sereno
de la culminación codiciada,
es el dulce que apetece
a tus labios dipsómanos de felicidad.


GeNíS

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