miércoles, 2 de junio de 2010


Cae la marea
en mis pestanyas,

como un barco de papel
vestigio de infancia.

Rayos en tus besos
vereda a la esperanza;
silencios robados
perlas de ojalata.

La sonrisa del cielo
los corazones abarca
y los ejecuta en filas,
retumban las tracas.

Llega la noche,
la saeta se para.

Brota débil calígine
como un adiós se clava.
En el seno del oscuro
se dibuja una estaca.

Mi súplica es gentil
música el alma sana.

Muerte que me hieres,
muerte al que me mata.
Amor que no me quieres,
¿amor, tú me amas?



genís

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