lunes, 23 de noviembre de 2009



Fundiendo el hielo y el fulgor de las estrellas,
tus labios que abren los cielos me alumbran,
me apartan del mar donde nacen las sirenas,
que desvían mi andadura al templo de la tundra.
Las palabras que escapan formando quimeras,
de tu rosa boca, lecho de mis deseos y tumba,
flotan en los abismos nocturnos, como velas,
que despojan del mar su fría mirada nocturna.
Latentes, las tardes de besos pasan mas lentas,
esperando que la lágrima del amanecer

sucumba;
La espiral que pinta el cielo y controla las

mareas.
La mirada de tus ojos, mar soleado, tan abrupta,
se cuela en los resquicios de la primera
flor que brota, en el jardín de mis deseos, astuta.


GENÍS

No hay comentarios:

Publicar un comentario