lunes, 14 de junio de 2010


Ascuas en tu mirada
de azul cristalino.

Agua en mis dedos
que acechan sin miedo.

La tarde emerge libre,
es verbo de llamaradas.

Las perlas se evaporan
en tu cuerpo desgastadas.

El vaivén elíptico me atrapa.

Los templarios locos
ya muestran las espadas.

Esquinas polvorientas
en un cobijo de tela.

Geometría y ciencia
todo en una sola promesa.

Los sollozos no siempre lloran.

-GGG-

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