viernes, 25 de junio de 2010


La tarde cae en un insomne pañuelo,
sopla estrellas y es rauda y hermosa...
tu figura, en el agua brumosa,
rompe el cristal ahogado de mi anhelo.

En el mar, tus ojos, y estan del cielo
pendientes los dioses, por tí, mi diosa.
Mi luz en tu horizonte de baldosa:
una espina de beso del subsuelo.

Galopando en mis deseos, tu boca,
como un jardín amasado de suerte.
Tu halo empaña el cielo, amor invoca,

y un confín aguarda a no perderte.
Tu espalda un delfín de playa carioca...
y de tu tacto el fin, conmigo muerte.


genníS!

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